Inaugurado en 1984 en Tlalnepantla de Baz, el Penal de Barrientos tiene la fama de ser uno de los reclusorios más corruptos de México. Encima, ha sido el escenario de motines históricos, fugas, riñas, muertes, distribución de droga y accidentes.
La sobrepoblación, las constantes quejas de los internos por malos tratos y el hastío de sus familiares por dar “moches” para poder visitarlos. Soló evidencian el sistema corrupto con el que este centro penitenciario se rige.
En el también llamado palacio negro estuvo preso el secuestrador y asesino serial mexicano Daniel Arizmendi López, mejor conocido como “El Mochaorejas”. A finales de la década de los años 90, este personaje se hizo muy famoso por la forma violenta en la que operaba su banda. Además de la saña con la que agredía a sus víctimas.

Entre los hechos que conforman el archivo negro del Penal de Barrientos, se cuenta la fuga de César Armando Librado Legorreta alias “El Coqueto”. En 2005 César Armando supuestamente burló la seguridad del penal y escapó vestido de mujer.
Precisamente en el barrio de Tlalnepantla y el pueblo de San pedro Barrientos, “El Coqueto” cometió varios de los crímenes que se le imputan. Entre ellos los feminicidios de al menos siete mujeres.

Este criminal aprovechaba que trabajaba de noche como chófer de la Ruta 2 para violar y asesinar a mujeres. Como parte de su modus operandi, fingía que el microbús tenía una falla y bajaba a todos los pasajeros menos a su víctima. Le decía que cuando reparara el vehículo la llevaría hasta dónde le indicara. Al final, cambiaba de ruta y en el camión violaba y mataba a la víctima para después desechar el cuerpo en el canal de Tlalnepantla. A veces, cambiaba de método y asesinaba a la última pasajera de la noche.
En el Penal de Barrientos ocurrió el motín más grave
En 1996, sucedió en este penal el motín que se consideró como el más grave que había ocurrido en las cárceles del Estado de México.
Según las versiones que manejaron medios nacionales, varios reos se amotinaron de forma violenta en varias áreas del Penal de Barrientos para exigir mejor trato. Además de evidenciar la corrupción que desde entonces ya existía.

20 años después se repitió este hecho. Más de 300 reos se amotinaron y provocaron un incendio y se enfrentaron ante policías.
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