Ser aceptado es el nuevo capítulo del podcast “The Road Runner” de Guillermo del Castillo. Podrás escucharlo en Spotify o leerlo aquí.

En un mundo lleno de ruido y expectativas, es crucial recordar el valor de la autenticidad y la independencia emocional. La verdadera validez no proviene de la aprobación externa, sino de la convicción y la autenticidad con la que vivimos nuestras vidas. Es importante no buscar ser aceptado o admirado por otros, sino actuar por convicción propia, con la satisfacción personal como principal motivación.

No busques elogios ni halagos, sino la satisfacción personal que proviene de hacer las cosas por el puro gusto de hacerlas. La verdadera integridad reside en actuar de forma genuina, sin buscar pertenecer a un grupo o complacer a los demás. No pierdas tu tiempo con aquellos que no valoran tu esencia, ya que la amistad verdadera no se basa en beneficios personales, sino en la admiración auténtica y el apoyo mutuo.

Evitemos la trampa de la apariencia y la ostentación, sin presumir ni adquirir “marcas” para aparentar un valor mayor. La autenticidad no se encuentra en la apariencia exterior, sino en la pureza de nuestras intenciones y la nobleza de nuestras acciones. Seamos libres, sencillos, y únicos, lejos de los espejismos de la sociedad.

No actuemos como borregos que siguen ciegamente las modas y las opiniones ajenas. En lugar de ello, integremos nuestra verdadera esencia, honrando nuestra verdad y caminando con la cabeza en alto, sabiendo que nuestro valor no depende de la aprobación externa. Cada uno de nosotros es invaluable, especial, y merece vivir una vida auténtica y plena, lejos de las expectativas superficiales y las presiones sociales.

Enfoquémonos en lo que realmente importa: nuestros sueños, metas, propósitos, nuestra integridad, crecimiento personal, y contribución positiva al mundo. No invirtamos nuestras prioridades por el qué dirán, sino por la verdadera riqueza de ser nosotros mismos. Recordemos que la verdadera grandeza radica en la autenticidad, la sencillez y la nobleza de espíritu.

Seamos fieles a nosotros mismos, defendamos nuestros valores con firmeza, y brillemos. No permitamos que la presión externa opaque nuestra verdadera esencia, ya que en nuestra autenticidad reside nuestra mayor fortaleza. Todos somos valiosos, únicos e irreemplazables. Vivamos con la plenitud que merecemos, liberados de las cadenas de las expectativas ajenas, y en armonía con nuestra verdad.

El mundo necesita que brilles.

Soy Guillermo del Castillo

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