Por primera vez, niñas en situación vulnerable marcharon este 8M en Puebla para exigir justicia y una vida libre de violencia.  

Las infancias estuvieron acompañadas de mujeres adultas del patronato, personal operativo y voluntariado del Grupo Voluntario Mexicano Alemán A.C.  

El grupo de niñas que fueron víctimas de violencia y ahora viven en Casa del Sol, también conmemoraron el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.  

Mediante consignas como “Calladita NO me veo más bonita”, “Las mujeres son libres” y “Escuchen hombres: dejen de maltratarnos”, caminaron por las calles de la ciudad de Puebla con el objetivo de que la situación que ellas vivieron no vuelva a suceder.  

Las niñas y adolescentes que viven en el Centro de Asistencia Social, Casa del Sol, tienen un proceso de protección y participación para restituir sus derechos humanos. 

Niñas que han sufrido violencia marcharon el 8M en Puebla.
Con playeras color morado, niñas se manifiestan. credit: Especial

Ahora, en un lugar seguro y basados en la directriz del derecho y principio de interés superior de niñas y niños, tienen un hogar. 

La organización atiende a niñas y niños de 0 a 13 años de edad que han sufrido violencia, abandono y maltrato.

También, a hijas o hijos de madres en reclusión e hijas o hijos de madres víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual. 

Además, a niñas y niños de madres solteras que carecen de una red de apoyo para el cuidado de sus hijos y que requieren de los servicios integrales de la asociación. 

Con un modelo institucional de intervención basado en la participación, ellas han tomado la decisión de manifestar su deseo para que no existan más víctimas.

Quiero contar lo que me pasó y así hacer que otras niñas no vivan lo mismo que yo sufrí”, cuenta una menor de edad con respecto al movimiento del 8M en Puebla.  

Casa del Sol ha estado trabajando en un proceso de sensibilización y empoderamiento a su palabra. De esta manera, con los recursos necesarios se generan las habilidades socioemocionales necesarias para que sean conscientes de su pasado.

Para las niñas que por primera vez salen a las calles a exigir un mundo pacifico ha sido una gran experiencia. Todas se mostraron enérgicas y contundentes, transformando hacía sí mismas su etiqueta de víctimas y convirtiéndose en heroínas.  

Las niñas que marcharon el 8M en Puebla vivieron una experiencia única.
Una adulta carga en sus hombros a una niña con una playera que dice, en la espalda, “Ser mujer es ser”. credit: Especial

Después de lo que han vivido, este evento resulta un gran hito para su propia historia. 

Maricarmen Concha Castellanos, presidenta de Grupo Voluntario Mexicano Alemán A.C. que acompañó a las infancias el pasado viernes, señaló que “con talleres y pláticas se seguirá trabajando por una educación con perspectiva de género”. 

Aseguró que todas ellas “son un ejemplo para todas y para todos, y por eso seguiremos trabajando por la niñez mexicana”. 

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