ambas manos

Redacción

Cuál es la verdad de lo que pasó con los 43 

Ya es común en este país que los temas delicados tengan una vuelta a la página sin resolverse. Así pasó con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el tema de Lucio Cabañas, y más recientemente la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Ya, en este momento, todos sabemos que será muy difícil localizarlos con vida, pero recientemente escuchaba a una de las madres que decía que ellos, los familiares, ya no quieren encontrarlos con vida, quieren la verdad, quieren que alguien les diga qué pasó con estos jóvenes, que sin deberla, ni temerla, pagaron las consecuencias de una sociedad corrompida. 

Se argumenta que se trató de un crimen de estado dado que el gobierno en turno en el estado de Guerrero y en la ciudad de Iguala mantenían relación con el crimen organizado, es decir, con las dos principales organizaciones de criminales, los guerreros unidos y los rojos que cada uno en un territorio específico del estado de Guerrero, siembran amapola, obtienen cocaína y transportan heroína hacia los Estados Unidos que es el principal país consumidor de esta droga, por lo tanto son competidores y rivales. La novedad en el 2014 que fue el año de los acontecimientos con los jóvenes normalistas, es que la droga se transportaba en autobuses comunes y corrientes que además transportan pasajeros.  

Cuando se dieron los eventos de la desaparición de los jóvenes normalistas esos 26 y 27 de septiembre de 2014, los estudiantes tomaron 5 camiones y para su mala suerte uno de estos era uno de esos que transportaba la heroína e iba cargado con la droga y fue el único autobús que, casualmente, pudo salir de Iguala hacia Morelos para dirigirse a su destino final la ciudad de Chicago, Illinois, a donde iba la droga, en esa fatídica noche.  

Entonces los jóvenes normalistas fueron emboscados, por policías municipales, estatales, federales y hasta por el propio ejército para recuperar la droga que dejaría varios miles de dólares. Algunos de los jóvenes normalistas pudieron huir de la emboscada, hubo personas que los ayudaron y los ocultaron en sus casas hasta que las cosas se calmaron y pudieron regresar a la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos. Pero otros, los 43, más lo que cayeron muertos esa misma noche, no corrieron la misma suerte. Julio César Mondragón apareció muerto y sin piel en el rostro, también falleció Julio César Ramírez Nava, otro autobús que trasladaba jóvenes futbolistas de Chilpancingo, fue confundido con los secuestrados por los jóvenes normalistas y también fue atacado, dejando como saldo tres personas muertas y varias heridas.

El papá de uno de estos jóvenes que se trasladó para dar alcance a su hijo que estaba herido, se encontró con camiones del ejército, pero no prestó atención porque aún no sabía de la desaparición de los normalistas, todo estaba sucediendo al mismo tiempo. Sin embargo, los 43 fueron detenidos y después entregados a los Guerreros Unidos. Las fuerzas policiacas y militares que se supone nos cuidan, entregaron a nuestros jóvenes para que fueran finalmente asesinados. 

Ya con el último informe supimos que uno de los estudiantes, desparecido también, Julio César López Patolzin, era militar y estaba inscrito en la escuela de Ayotzinapa, es decir estaba infiltrado para que el ejército estuviera enterado de los movimientos de los muchachos, pero sus compañeros del ejército lo dejaron solo y no lo rescataron cuando los jóvenes fueron detenidos y entregados al crimen organizado. Lo traicionaron. 

Meses después y de una verdad histórica sumamente dudosa, los padres de los jóvenes normalistas buscaron la intervención del grupo de GIEI (Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes), para aclarar los hechos, ellos se encontraron con una fuerza armada cerrada, un Tomás Zerón, responsable de la investigación que decía lo que se quería escuchar, pero no la verdad, detenidos que eran torturados para que confesaran, dándose cuenta que no eran bienvenidos y que si tenían inmunidad, no había condiciones para definir qué era lo que había sucedido con los jóvenes normalistas y después de varios años dejaron México. 

Alejandro Encinas que fue encomendado por el presidente López Obrador para que definiera cuál era la verdad, ha descrito los caminos que recorrió, las personas con las que se habló, las hipótesis que han ido construyendo, pero no puede dar certeza de qué fue lo que sucedió con los jóvenes normalistas desaparecidos. Seguiremos preguntándonos quiénes intervinieron, quiénes tomaron las decisiones, quiénes los desaparecieron, qué hicieron con ellos y dónde están. No hay una verdad oficial. 

A pesar de esto hay una idea clara de que el nivel de corrupción que operó en este caso, entre policías municipales, estatales, federales, fuerzas armadas con el crimen organizado es de proporciones indescriptibles, dejando la idea de que no podremos decirles a los padres cuál es la verdad de lo que sucedió esa noche.

Así que apreciables lectores, lo único que me queda por decir es que aquí les dejo los nombres de los 43, pues cada uno de ellos era(es) una persona con sueños, que forjaba un futuro y que tiene una familia que lo busca:

1. Abel García Hernández

2. Abelardo Velázquez Peniten

3. Adrián Abrajan de la Cruz

4. Antonio Santana Maestro

5. Alexander Mora Venancio,

6. Benjamín Asencio Bautista

7. Bernardo Flores Alcaraz

8. Carlos Iván Ramírez Villarreal

9. Carlos Lorenzo Hernández Muñoz

10. César Manuel González Hernández

11. Cristian Alfonso Rodríguez Telumbre

12. Cristian Tomás Colón Garnica

13. Cutberto Ortiz Ramos

14. Dorian González Parral

15. Emiliano Gaspar de la Cruz

16. Everardo Rodríguez Bello

17. Felipe Arnulfo Rosas

18. Giovanni Galíndez Guerrero

19. Israel Caballero Sánchez

20. Israel Jacinto Lugardo

21. Jesús Giovanni Rodríguez

22. Jhosivanni Guerrero de la Cruz

23. Jonás Trujillo González

24. Jorge Álvarez Nava

25. Jorge Aníbal Cruz Mendoza

26. Jorge Antonio Tizapa Leguideño

27. Jorge Luis González Parral

28. José Ángel Campos Cantor

29. José Ángel Navarrete González

30. José Eduardo Bartolo Tlatempa

31. José Luis Luna Torres

32. Julio César López Patoltzin

33. Leonel Castro Abarca

34. Luis Ángel Abarca

35. Luis Ángel Francisco Arzola

36. Magdaleno Rubén Lauro Villegas

37. Marcial Pablo Baranda

38. Marco Antonio Gómez Molina

39. Martín Sánchez García

40. Mauricio Ortega Valerio

41. Miguel Ángel Hernández Martínez

42. Miguel Ángel Mendoza Zacarías

43. Saúl Bruno García 

credit: Ibero

 La autora es académica de la Universidad Iberoamericana Puebla.

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