La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió sobre las consecuencias del fenómeno de “El Niño” en el mundo. 

De acuerdo con los pronósticos, podría provocar altas temperaturas y romper récords de calor que afectarán a la población mundial. 

Según la BBC, el fenómeno climatológico se formó por última vez en 2016, provocando un aumento récord de las temperaturas globales.

También provocó la pérdida de bosques tropicales, el blanqueamiento de corales, aumentó en  índice de incendios forestales y deshielo polar.

Expertos de la ONU señalan que estos 2023 y 2024 se sentirán nuevamente los efectos de “El Niño”. Éstos podrían ser bastante potentes, tomando en cuenta el “brusco y repentino” calentamiento global que se vive actualmente.

El fenómeno podría iniciar en verano de 2023. Según el monitoreo de los Centros Mundiales de Producción de Previsiones a Largo Plazo, hay un 60% de probabilidades de que se produzca una transición del estado neutral a El Niño entre mayo y julio de 2023.

Añadieron que las probabilidades aumentarán un 70% entre junio y agosto y a un 80% entre julio y septiembre.

A pesar de las altas probabilidades de que esto ocurra, la ONU explicó que por el momento, no hay indicaciones sobre la duración del fenómeno.

Señalaron que el efecto sobre las temperaturas globales suele manifestarse al año siguiente de su desarrollo. Así que podría ser más evidente en 2024.

El experto Petteri Taalas afirmó que el mundo “debería prepararse para el desarrollo de El Niño”. Y han hecho un llamado para sumarse a la campaña “Alerta Temprana para Todos”. Busca proteger a los ciudadanos del mundo a través de la instalación de sistemas que emitan advertencias anticipadas de los fenómenos meteorológicos extremos y peligrosos.

¿Cuáles son las consecuencias del fenómeno de “El Niño”? 

“El Niño” provoca el calentamiento de la temperatura de la superficie del océano Pacífico tropical central y oriental. En promedio, llega a producirse cada dos a siete años, y los episodios suelen durar entre nueve y doce meses. 

Estos están asociados con el aumento de las precipitaciones en algunas zonas del sur de Sudamérica. Así como el sur de Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central.

Por el contrario, “El Niño” también puede provocar graves sequías en Australia, Indonesia y partes del sur de Asia. Éstos, a su vez, veneran incendios forestales. 

Durante el verano boreal, las aguas cálidas de El Niño pueden alimentar huracanes en el centro y el este del océano Pacífico, mientras que dificultan la formación de huracanes en la cuenca atlántica.

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