“Los caprichos de Goya” llegará al Museo Internacional del Barroco (MIB) en Puebla muy pronto.
La serie de 80 grabados los creó el afamado artista Francisco de Goya, uno de los grandes precursores del arte moderno.
La muestra la atrajo el organismo Museos Puebla y la Secretaría de Cultura del estado con el auspicio del Fomento Cultural Citibanamex.
La muestra abrirá sus puertas a partir del 2 de octubre sin costo extra. Sin embargo, las y los visitantes podrán acceder pagando el boleto de entrada al Barroco.
En Los Caprichos, Goya hace una crítica de la política y sociedad de finales de 1799, abriendo nuevos caminos en el goce estético de la época.
Fue así que se convirtió en una inspiración en el ámbito de la pintura, la literatura y la música.
Los grabados están elaborados bajo la técnica agua tinta que corresponde a la primera de cuatro series lanzadas entre 1797 y 1799.
Posteriormente, se anunció para su venta en el Diario de Madrid, acompañado de un texto “bastante atrevido” para la época.
Goya advierte al público que la temática “está dada por asuntos meramente caprichosos”, ya que la censura de los errores y vicios humanos no sólo se puede expresar a través de la poesía, pues también es objeto de la pintura.
Aunque su intención no fue ridiculizar los defectos particulares de cierta persona, su obra alude a la ridiculización de la naturaleza humana.
La directora de Museos Puebla, Anel Nochebuena, indicó que la muestra es reflejo de la vida cotidiana interpretada a través de la reflexión y sentimiento de Goya sobre la clase política.
Por su parte, el titular de la Secretaría de Cultura, Enrique Glockner, celebró que el público de Puebla tenga la oportunidad de admirar estos grabados.
Francisco José de Goya y Lucientes nació en Fuendetodos, Zaragoza, España, el 30 de marzo de 1746.
Se inició en la pintura en 1759 en la Academia de Dibujo de Zaragoza dirigida por José Luzán, donde conoció al pintor Francisco Bayeu con quien estudió hasta 1770.
Tras ganar en 1784 un concurso para realizar la decoración de la Iglesia de San Francisco el Grande, consiguió retratar a la duquesa de Osuna.
Con la fama con estos encargos, en 1789 lo nombraron pintor de cámara del rey Carlos IV continuando su labor en la corte de José Bonaparte y de Fernando VIl.
Aun cuando su relación con la realeza fue cercana, esto no le impidió frecuentar a sus amigos liberales. En 1824 viajó a París y se instaló en Burdeos donde murió el 16 de abril de 1828, a los 82 años de edad.