Hace poco más de un año Andrea comenzó a recibir amenazas por redes sociales. Perfiles falsos le escribieron por mensajes privados para advertirle que algo le podía suceder y la mañana del pasado1 de agosto dos hombres la atacaron con ácido en Puebla.

Antes de que esto sucediera, la víctima de 28 años de edad buscó ayuda en la Policía Cibernética, pero le dijeron únicamente que bloqueara a los usuarios que enviaban los mensajes. Sin embargo, la Cibernética no tiene registro de que haya denunciado su caso.

Hoy, su caso está siendo investigado en la Fiscalía Especializada en Feminicidios.

Ambas Manos entrevistó a Andrea, quien de inmediato condenó las declaraciones de la secretaria de Seguridad Ciudadana del municipio de Puebla. Ayer, María del Consuelo Cruz Galindo afirmó que el responsable de esta agresión sería la expareja sentimental de Andrea, cuando ella nunca señaló a alguien en particular o mencionó supuestos conflictos personales.

Aunque la policía municipal aseguró que sí había identificado a su expareja como su agresor.

“Yo en ningún momento declaré que alguna expareja me hubiera amenazado o sería partícipe de lo que me hicieron”, acusó.

En realidad, Andrea no pudo ver el rostro de sus agresores porque parte del químico le cayó en los ojos.

Lo único que sabe es que los mensajes eran escritos por una mujer. Su burló por su forma de vestir, la insultó y cuestionó: “no sé qué te ven”. Todo esto ya está en manos de la Fiscalía General del Estado, pero la autoridad municipal está desviando la información, acusó.

¿Qué pasó la mañana de ese 1 de agosto cuando la atacaron con ácido en Puebla?

Eran aproximadamente las 7:30 de la mañana cuando Andrea salió de casa para instalar su puesto de pan y desayunos en la esquina de la calle 9 A y bulevar Atempan de la colonia Galaxia Bosques de Amalucan.

“Yo salgo, voy a dejar a mi papá a unas calles porque él también vende. Me regreso y empiezo a sacar mis cosas. Mi mamá vende a un lado mío y ella también se estaba instalando cuando mi papá habló que se le había olvidado algo. Entonces ella se regresó y fue en ese momento cuando estas personas me arrojaron el líquido”.

Los agresores ya la estaban vigilando porque, incluso, esperaron a que se fuera una patrulla de la Policía Municipal que casi siempre se estaciona afuera de un OXXO ubicado a unos cuántos metros.

Andrea no vio de dónde salieron. Cuando la atacaron tenía la vista abajo así que solo distinguió las piernas de dos hombres que nunca se bajaron de la motocicleta. Antes de irse le mencionaron que con ellos no se jugaba y le tocaba pagar con lágrimas de sangre.

Andrea tenía cubrebocas y ropa holgada que la protegieron de quemaduras graves. Sin embargo, el líquido le dañó la vista y sintió que su cuerpo se quemaba, así que gritó para que los vecinos la auxiliaran.

“Me afectó bastante los ojos y en mi cuerpo sentía mucho calor. Como no veía, lo primero que pensé fue: me echaron gasolina y por eso yo gritaba que me estaba quemando, eso fue lo que yo pensé”.

Una de sus hermanas que está embarazada y vive cerca de ese lugar corrió a auxiliarla; le quitó la ropa y le dijo que se metiera a bañar. Después llamó al 911 y llegó una ambulancia que la trasladó al Hospital de Traumatología y Ortopedia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Por no llevar quemaduras graves, en este nosocomio le negaron la atención y le pidieron ir a su clínica familiar. Ahí, el médico consideró que sí estaba en riesgo su integridad y fue él quien ordenó su traslado de urgencias al Hospital de La Margarita.

Actualmente está en tratamiento con pomadas para su piel, pero todavía no recupera la visibilidad al 100 por ciento de su ojo izquierdo. Los médicos le dijeron que espere a que baje la inflamación o, de lo contrario, tendrá que ser tratada por el especialista.

Buscó ayuda de las autoridades y la ignoraron

Precisamente por miedo de que algo le pudiera pasar, cuando recibió los mensajes se acercó a la Policía Cibernética, pero no investigaron nada, solo le pidieron que bloqueara las cuentas.

Luego fue a la Agencia del Ministerio Público que se ubica en la zona de la Pepsi y una trabajadora le dijo que ese tema no era de su competencia.

“De ahí me mandaron al Centro y solo me hicieron un cuestionario, pero no me dieron número de expediente ni nada. Yo pensé que, mínimo, me iban a pedir los perfiles, pero no y lo malo es que ahorita ya no aparecen”.

En su declaración, ella nunca señaló a posibles sospechosos y tampoco pudo dar detalles de sus agresores porque no los vio. Aunque los encargados de un establecimiento y vecinos ya le proporcionaron los videos de sus cámaras de vigilancia, ninguna captó a los agresores.

Si bien, después del ataque con ácido en Puebla, Andrea está bajo el cuidado de su pareja y familia, vive con el temor de que le pueda pasar algo más porque cree que si sus agresores la estaban vigilando, es muy probable que ya sepan dónde vive.

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Magarely Hernández López

Magarely Hernández

Licenciada en Periodismo por el Centro de Estudios Universitarios PART. Reportera desde 2017 en temas de seguridad, feminicidios y desapariciones.